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Francisco dejó asuntos pendientes tras 12 años de pontificado. ¿Qué retos aguardan al próximo papa? - Los Angeles Times
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Francisco dejó asuntos pendientes tras 12 años de pontificado. ¿Qué retos aguardan al próximo papa?

ARCHIVO - Los cardenales escuchan misa en el quinto día de duelo por el fallecido papa Francisco
ARCHIVO - Los cardenales escuchan misa en el quinto día de duelo por el fallecido papa Francisco en la Basílica de San Pedro, el miércoles 30 de abril de 2025, en el Vaticano.
(Alessandra Tarantino / Associated Press)

Muchas monjas están abandonando sus órdenes, ya sea por deserción o simplemente renunciando, lo que lleva a plantearse preguntas sobre el futuro de las órdenes religiosas femeninas.

Aunque que el papa Francisco logró mucho en sus 12 años de pontificado, dejó muchos asuntos sin concluir y numerosos retos para su sucesor, desde las desastrosas finanzas del Vaticano hasta guerras en varios continentes y el descontento entre los tradicionalistas por su mano dura contra la antigua misa en latín.

Cuando los cardenales del cónclave terminen de emitir sus votos bajo los techos de la Capilla Sixtina decorados con frescos de Miguel Ángel, el 267º papa tendrá que decidir si da continuidad a las políticas de Francisco, las modifica o las abandona por completo. ¿Le dará prioridad a los migrantes, el medio ambiente y las políticas de justicia social que Francisco defendió, o se la dará a otros temas?

A continuación presentamos los retos que enfrenta el nuevo papa:

El papel de las mujeres

Francisco hizo más para promover a las mujeres a posiciones de liderazgo en el Vaticano que cualquier papa antes que él, y su sucesor tendrá que decidir si continúa ese legado, lo acelera o retrocede y cambia de rumbo.

Cardenales asisten a la última misa
Cardenales asisten a la última misa previa al cónclave del que saldrá el nuevo papa, en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el 7 de mayo de 2025.
(Alessandra Tarantino / Associated Press)
ARCHIVO - El papa Francisco sonríe
ARCHIVO - El papa Francisco sonríe al salir de su audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro, el 15 de mayo de 2019, en el Vaticano.
(Andrew Medichini/AP)
ARCHIVO - Tres monjas caminan por la Plaza de San Pedro
ARCHIVO - Tres monjas caminan por la Plaza de San Pedro durante el cuarto día de duelo por el fallecido papa Francisco, el martes 29 de abril de 2025, en el Vaticano.
(Francisco Seco/AP)
Cardenales, con mitras blancas, asisten a la última misa
Cardenales, con mitras blancas, asisten a la última misa antes del cónclave en el que se elegirá un nuevo papa, en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el 7 de mayo de 2025.
(Gregorio Borgia/AP)

No es una cuestión menor. Las mujeres católicas realizan gran parte del trabajo de la Iglesia en escuelas y hospitales, y suelen ser las responsables de transmitir la fe a la siguiente generación. Pero desde hace tiempo se han quejado de tener un estatus de segunda clase en una institución que reserva el sacerdocio para los hombres.

Algunas están votando con sus acciones.

Muchas monjas están abandonando sus órdenes, ya sea por deserción o simplemente renunciando, lo que lleva a plantearse preguntas sobre el futuro de las órdenes religiosas femeninas.

El Vaticano dice que el número de monjas a nivel mundial ha estado disminuyendo en aproximadamente 10.000 por año durante más de una década. A fines de 2022 había 599.229, el último año del que se tienen estadísticas. En 2012 había 702.529 monjas a nivel mundial.

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El nuevo papa tendrá que abordar las expectativas de las mujeres, no solamente de tener mayor voz en el gobierno de la Iglesia, sino también de recibir mayor reconocimiento.

María Lía Zerbino, una argentina nombrada por Francisco para asesorar al Vaticano sobre nominaciones de obispos —la primera vez que una mujer realiza esa función—, dijo que el sexo femenino forma la mayor parte del pueblo de Dios. Consideró que el asunto es una cuestión de justicia, y va en interés de la Iglesia.

La Conferencia de Ordenación de Mujeres, que aboga para que haya sacerdotisas, va más allá. “La exclusión de las mujeres del cónclave y del sacerdocio es un pecado y un escándalo”, denunció.

Gervase Ndyanabo, un destacado líder laico en Uganda, indicó que debería haber más participación de los laicos y las mujeres en la administración de las parroquias y en la toma de decisiones a todos los niveles. El progreso, observó, ha llegado “a paso de tortuga”.

Polarización de progresistas y tradicionalistas

Una carta anónima circuló entre funcionarios del Vaticano en 2022, la cual destacaba lo que llamó el pontificado “desastroso” de Francisco y lo que un nuevo papa debe hacer para corregir la “catástrofe” que había causado. Su autor era el cardenal australiano George Pell, pero su autoría se supo hasta después de su muerte en 2023. Alguna vez cercano asesor de Francisco pero siempre conservador, Pell se desilusionó cada vez más con su papado, firmando la carta con el seudónimo “Demos”: el pueblo.

El año pasado circuló un manifiesto de otro cardenal anónimo, firmado por “Demos II”. Retomó donde Pell lo dejó, denunciando lo que llamó el “estilo de gobierno autocrático, a veces aparentemente vengativo” de Francisco; “un descuido en cuestiones de ley; una intolerancia incluso para el desacuerdo respetuoso; y —lo más grave— un patrón de ambigüedad en asuntos de fe y moral que causa confusión entre los fieles”.

Dijo que la polarización en la Iglesia se debía a la confusión que Francisco había sembrado, y exhortó al próximo papa a centrarse en la “recuperación y el restablecimiento de verdades que han sido oscurecidas lentamente o se han perdido entre muchos cristianos”.

Esas cartas pusieron de relieve las divisiones ancestrales entre tradicionalistas y progresistas en la Iglesia católica, que se exacerbaron durante el pontificado de Francisco. Él hizo énfasis en la inclusión y la “sinodalidad” —un camino común—, y reprimió a los tradicionalistas al restringir que sigan celebrando la misa en latín. Aunque los conservadores podrían carecer de los votos suficientes para elegir a uno de los suyos, un nuevo papa tendrá que intentar restablecer la unidad.

La polarización se siente intensamente en Estados Unidos, donde cualquiera que use las redes sociales puede desafiar la perspectiva del Vaticano o incluso de la Iglesia local, apuntó el profesor Steven Millies de la Unión Teológica Católica en Chicago.

Tales formas de comunicación “pueden tener una narrativa de lo que es el catolicismo que no proviene de ningún sacerdote, de ningún obispo, y pueden, noche tras noche, en todo el mundo, plantear que el papa está equivocado”, señaló.

Abuso sexual por parte del clero

Aunque muchos líderes de la Iglesia quisieran pensar que los escándalos de abusos sexuales cometidos por clérigos son cosa del pasado, los sobrevivientes y sus defensores quieren que el nuevo papa los considere una de las principales prioridades.

Francisco y el papa Benedicto XVI tomaron medidas para poner fin a décadas de abusos y encubrimientos, modificando el derecho canónico para castigar a los abusadores y a sus superiores en el clero que ocultaron sus fechorías.

Pero aún prevalece una cultura de impunidad, y las autoridades de la Iglesia apenas han comenzado a lidiar con otras formas de abuso espiritual y psicológico que han traumatizado a generaciones de feligreses. Veinte años después de que el escándalo por los abusos sexuales estallara por primera vez en Estados Unidos, aún no hay transparencia por parte del Vaticano sobre la magnitud del problema ni acerca de cómo se han manejado los casos.

El nuevo papa no sólo debe lidiar con los casos existentes, sino también con la continua indignación de los católicos de base y las revelaciones que siguen dándose a conocer en partes del mundo donde el escándalo aún no ha surgido.

Antes del cónclave, grupos de sobrevivientes y sus defensores realizaron conferencias de prensa en Roma para dar a conocer el problema. Crearon bases de datos en línea para denunciar a cardenales que manejaron mal ciertos casos, y exigieron que el Vaticano finalmente adopte una política de tolerancia cero para excluir a cualquier abusador del ministerio sacerdotal.

Peter Isely del grupo estadounidense SNAP (siglas en inglés de Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes) indicó que era “loco y extraño” que la Iglesia no aplique el mismo rigor a los abusadores que el que utiliza para establecer los requisitos para la ordenación.

“No puedes ser hombre casado y sacerdote”, expresó. “No puedes ser mujer y sacerdote. … Pero puedes ser abusador de menores y sacerdote”.

Acercamiento a la comunidad LGBTQ+

Francisco expresó famosamente: “¿Quién soy yo para juzgar?” cuando se le preguntó en 2013 sobre un supuesto monseñor gay en el Vaticano. El pontífice procuró asegurarles a las personas homosexuales que Dios los ama tal como son, que “ser homosexual no es un crimen”, y que todo el mundo es bienvenido en la Iglesia.

Su sucesor debe decidir si seguir con ese acercamiento o retroceder. Hay mucho respaldo para que sea revertido. En 2024, obispos africanos emitieron un desacuerdo a nivel continental con la decisión de Francisco de permitir a los sacerdotes bendecir a parejas del mismo sexo, y obispos de todo el mundo que asistieron a su sínodo sobre el futuro de la Iglesia se retractaron de expresiones en las que se aceptaba explícitamente a las personas LGBTQ+.

“Queremos una Iglesia católica unida, pero debemos apegarnos a los principios básicos”, declaró Ndyanabo, el líder laico ugandés. “El Evangelio no debe cambiar en absoluto debido a nuestra propia debilidad humana”.

El padre James Martin, que busca construir puentes con los católicos LGBTQ+, está al tanto del nivel de oposición pero mantiene esperanzas.

“El reto para el nuevo papa es continuar el legado de Francisco de acercarse a un grupo que se ha sentido excluido de su propia Iglesia”, observó Martin. “Basándome en el sínodo, yo diría que muchos cardenales sienten que debe haber una bienvenida para las personas LGBTQ+ porque conocen sus diócesis. Pero se desconoce hasta dónde llegará eso”.

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